Los centros escolares por sus características especiales, la tipología de usuario y su concreta regulación en materia de emergencias, precisan de un sobresaliente Plan de Autoprotección que no deje nada a la improvisación.
El Plan de Autoprotección de una actividad es el documento que recoge la información necesaria para servir de guía en la intervención en caso de emergencia, estableciendo los protocolos de actuación y coordinación cuando ésta se produce, determina la identificación de responsables y la designación de los equipos de intervención internos, además de contener el análisis, evaluación e inventario de riesgos que puedan afectar al establecimiento o aquellos que pueda generar la propia actividad, la adopción de medidas preventivas y de control de éstos.
Contiene toda la información que podrían precisar Bomberos y Equipos de Ayuda Externa para la actuación en caso de una emergencia:
• Datos de las personas de referencia y responsables de la actuación interna.
• Datos estructurales, características y planos del edificio.
• Inventario de medidas de protección con las que cuenta el establecimiento.
• Información sobre accesos, vías de evacuación y zonas de confinamiento.
• Información sobre tipo y número de usuarios y si existen personas con movilidad reducida.
• Identificación de los puntos de riesgo especial que precisen de un tratamiento específico.
La diferencia con un Plan de Riesgos Laborales, que se dedica en exclusiva a la seguridad de los trabajadores en el ámbito laboral, radica en que el Plan de Autoprotección se centra en el cuidado no sólo de los trabajadores, sino que también vela por la seguridad de los usuarios del estabLecimiento y de los visitantes. Especialmente en el caso de los centros escolares donde el “Bien jurídico protegido” son los menores de edad, se debe estudiar de manera minuciosa cuales son las medidas de protección y como aplicarlas para garantizar su seguridad, y es aquí donde el Plan de Autorpotección cumple su principal función.